miércoles, 26 de febrero de 2014

Casas



Al mudarnos
mi hermana y yo
dividimos las pertenencias.
Algunas cosas
pasan a ser necesarias
y otras imprescindibles
según nuestro estado de ánimo.
Nos mudamos ya muchas veces
más de las que hubiéramos querido.
No quiero el microondas
ni la cafetera ni los platos.
Quiero llevarme lo mínimo.
Tampoco el cuadrito de rosas bordadas
ni los candelabros.
Me gustan las velas
pero no los candelabros.
La casa que compartimos en Buenos Aires
se llenó de la casa que vaciamos
en Bahía, después de tu muerte.
Ahora vaciamos otra vez la casa
para mudarnos cada una sola.
Esta mañana
volví a mirar la puerta redonda del lavarropas.
Ese, que no terminaste de pagar
porque tu vida terminó antes.
Mamá
ahora, un día como hoy
en que decido no ir al trabajo
porque llueve
porque quiero dejarlo
al trabajo, a él.
Pienso
qué voy a hacer
si me enamoro.
¿Habrá lugar algún día
en alguna de mis casas
para nuestros objetos
todos, bajo un mismo techo?
Los días pasan
y yo rondo la punta de la pregunta.
Hoy
por ejemplo
poder decir no, y hacer
un hueco de luz
adentro de la casa
que huele a mi
llena de las plantas verdes
que crecen
porque cuando estoy triste
trabajo con mis manos su tierra
y las dos nos transformamos
en un acto de iniciación.
Ahora
mientras las tostadas
crujen al calor
de la tostadora
que en la repartición fue mía
pienso en las tostadas que me hacías
pienso en tu felicidad
al comprar la tostadora eléctrica
la llegada de la tecnología
la promesa de la buena vida
que siempre esperaste
y nunca llegó.
Qué dirías mamá
si supieras que ya no tomo más café
ni como más carne
que lloro cada vez menos
que nunca volví al cementerio
que vivo sola con mi gata
que sufro por amor
que no estás para escuchar
que creo haber olvidado
tus olores
que sólo queda esa permanencia
sutil

en los objetos.




lunes, 10 de febrero de 2014

Nico

Los frutos
nuevos
bajo esta luz fucsia encendida
de la tarde
surcan el bosque.
El sol
empuja el verde de las plantas.
Este furioso rojo del cielo
parece un grito.
Recién terminó la tormenta.
La humedad
hace brotar del suelo caracoles
y llega de repente el llamado
que me dice que te fuiste
que una infección
que el hospital
que recién.
En medio del silencio
el cielo parece ahora
el color de tus ojos cerrados.
Y pienso
si todos tendremos
ese destello fucsia en los ojos
antes de morir.










miércoles, 5 de febrero de 2014

Caminata


Los nísperos
sobre los cercos del camino
marcaban el buen augurio
de las casas
en los corrales.
Sobre el tramado horizontal
a lo largo del campo
casi vacío
crecen estos frutos naranjas
que parecen guirnaldas de luz.
Los brotes están en flor.
Nuestros pies arrastran
el polvo que se desprende
de la tierra seca.
Seguimos la línea
que raja el cielo despejado
tan celeste.
El sol estalla en el suelo.
Es el primer día del verano
y esa es nuestra única certeza.