martes, 8 de diciembre de 2015

Vergel

El círculo que formaban las plantas entre sí lo vi una tarde que pasaste alrededor de ellas, 
bordeándolas, sin tocar ni siquiera la punta de una hoja. 
Rodeaste el camino del pequeño bosque y la ronda era casi perfecta. 
Camelias, laureles, pinos en flor, palmas verdes.
Yo mientras tanto era un pájaro, esos de pecho amarillo y cresta roja
y mi pata de pájaro se posaba sobre un pichón. 
Me metí en el gallinero y llegué hasta el huevo para sentir el hueco vacío.
Afuera el viento hacía mover el agua del estanque y otra vez te vi moverte entre las plantas
 y hacías círculos y la velocidad era cada vez más lenta. 
Como si supieras que mientras vos regabas yo hacía un dibujo de tu riego. 
El viento y el agua formaban la misma línea.
Mi pájaro empolla el huevo. Arriba las estrellas también rodean un jardín.


miércoles, 11 de noviembre de 2015

Nivel del mar

El piloto dice que estamos
a doce mil metros
sobre el nivel del mar.
Desde acá
todo lo que veo
son restos de azul
entre las nubes.
Creo que es este
el tamaño de la realidad.
Un contorno brillante
por el borde de las cosas.
Es igual que en la orilla,
no distingo la marca,
el fin del cielo.
Un horizonte siempre difuso
que tenemos delante.
La tierra dando su giro
la imposibilidad

de verla existir por fuera.


domingo, 8 de noviembre de 2015

El pez

Sobre el borde 
tiemblan los camalotes, 
él nada entre las hojas
flota sin rumbo,
fuerte
salta contra la madera
el aire aploma
el gesto del agua inspira.
Miré sus ojos 
a través del claro
también esa había sido yo.




miércoles, 28 de octubre de 2015

Sur


No iba a poder 
controlar todo.
Lo supe la tarde en que el mar subió
en una ola 
alta hasta nosotros.
Alcanzó las piernas las caderas
la cintura al sol
los libros los papeles 
el lápiz los dibujos.
El mar 
una belleza incomparable
que podía llevarme hundida.
No era el agua
no era la ola
no era la arena infinita.
Era el recuerdo de un miedo 
nunca antes visto.
Lo único que controlo
no tiene nombre
pero es mío.




lunes, 7 de septiembre de 2015

Cartografía

No empieza ni termina
como el hilo 
sobre el mapa que enrollaste.
Adentro las montañas
pintadas de verde
y el cielo azul.
La cercanía con el sol
lo vuelve celeste.
El sol lo ve brillante
y no distingue
más que el blanco.
No empieza ni termina.
Como los giros de un trompo
o lo que dijimos
o tu nombre.
No empieza ni termina
como las guías para los árboles.
El nudo no marca
más que un encuentro.



viernes, 21 de agosto de 2015

Tanque de agua

Adentro del agua el foco
llega a mostrarlo todo,
¿cuál es el cielo? pregunta Walter
mientras dibuja 
el tanque en la terraza.
La carbonilla sobre el papel
no alcanza el sonido
de las ondas en el fondo.
Las líneas trazan
la medida de un recuerdo,
no se define el punto fijo de los ojos.
El sol ancho, agua
al ras del borde.
Los dos movían los pies para rodar.
En sincronía rozaban sus plantas
hasta que el agua,
los llevaba sin esfuerzo.
Ni un solo movimiento.
Flotaban quietos en el círculo
y no era pausa.
Darse vuelta, dejar salir 
los globos de aire
que es lo único que suena.
La chispa que rompe la hora de la siesta.
El tanque seguirá tibio
y Walter verá 
la Osa Mayor titilando el dibujo
del mismo recuerdo en el cielo.


miércoles, 29 de abril de 2015

Cosecha

Vos de espaldas
cargabas una pala
con la que íbamos a cavar el pozo.
Yo callaba
y el sol pulía el suelo,
más espeso que la bruma
ese polvo del aire.
En mi mano derecha
puño cerrado 
pinza firme,
estaban las semillas.
Después de cualquier muerte
para sobrevivir,
hay que enterrar vida.



lunes, 16 de marzo de 2015

Leleque

Era invierno
y te perdiste en Leleque,
tierra mapuche, vaina suelta
monte amarillo.
En la noche abierta del sur
la escarcha no oculta,
no miente
la escarcha del frío encandila.
Esperaste al sol
envuelto en manta
y no, no había nieve
ni luna llena,
pero ese blanco
lumbre recién venido
tapa del cielo
marcaba tu casa.




martes, 20 de enero de 2015

Lobito


El lobo blanco
se hundió en el agua
de color púrpura con la tarde.
Una alegría sin sonido
más que el desprenderse
de algunas matas del arroyo.
No volverá.
Pero esa mañana
después de la luna
el lobo había vuelto.
Una resurrección
en medio del monte
un acto secreto
que sería el anuncio:
tuvo que sacar del cuerpo
algunos males,
dejarse andar al agua
soltar primero la tierra.
Cuando nos fuimos de la casa
ya era verano.
Viajamos hasta el sur
a pasar el año nuevo.
Seguro amanecía
y el lobo esperó para no ser visto.
Se fue blanco,
entró al arroyo, a sus ranas
que tampoco suenan.